¿Cuántas veces nos empeñamos en continuar con algo que definitivamente NO es para nosotros?
Queremos forzar a la situación a que se dé, aunque sabemos muy en el fondo que no nos conviene o que ya el amor murió y seguimos arrastrando esa esperanza de que las cosas pueden mejorar.
Muchas veces la esperanza no es la «mejor de nuestras amigas» debemos aprender a discernir «cuando sí», «cuando no» y cuando «ni siquiera intentarlo»
Soltar, no es sinónimo de perder, al contrario, muchas veces es sinónimo de mayor ganancia para nosotros, aunque en el momento no lo veamos!
